Ana y Paco están felices. ¡Van a ir a pasar el día a casa de los abuelos!
Se visten rápido y desayunan muy bien para así estar listos lo más pronto posible.
Como la casa de los abuelos tiene un jardín muy grande, llevan a su perro Matías con ellos para que juegue con el gato de la abuela. Encuentran al abuelo muy ocupado con una pala haciendo un enorme hoyo en un rincón del jardín. Ana y Paco corrieron hacia él para saludarlo y ver lo que está haciendo.
- Hola abuelo!
Y es que al abuelo le gustaba mucho trabajar en su jardín sembrando plantas, cuidándolas, regándolas y se ponía muy feliz al verlas crecer v florecer
-¿Qué estás haciendo abuelo?, preguntó Ana asomándose al hoyo.
-Estoy haciendo un hoyo para sembrar esta planta que me acaba de regalar su abuela, es un naranjo, dijo el abuelo señalando un bonito arbolito de hojas muy verdes.
- ¿Y cuando crezca, va a dar naranjas abuelo?, preguntó Paco, que ya había tomado una pala más pequeña y estaba ayudando al abuelo con el hoyo.
- Claro que sí, dijo el abuelo. Si lo cuidamos y lo regamos, este árbol crecerá y dará ricas naranjas.
- Y los rosales, ¿también darán naranjas?» preguntó Ana viendo un grupo de rosales llenos de flores de varios colores.