En un extenso desierto vivían tres palmeras hermanas que de pequeñas eran muy alegres y amigables. Sucedió que un día se empezaron a quejar de todo lo que les pasaba, se aburrían del día a día y ya no tenían más ilusión por la vida.
Si era verano se quejaban del calor y si era invierno del frío. Un día la luna salió y de tanto escucharlas les habló:
- Por que mejor no se dejan de renegar y empiezan por apreciar la belleza que hay a su alrededor.
- A qué te refieres, preguntaron las palmeras.
- A que si uno valora la belleza de vivir en armonía con lo que nos rodea podrán vivir en paz y ser muy feliz. Recuerdan cuando eran pequeñas, vivían al máximo sus días y el día se les hacía corto. Eran muy divertidas y se las ingeniaban para jugar y reír de todo.
Las tres palmeras movieron sus hojas como aceptando el consejo y desde ese día no volvieron a quejarse, sino más bien sonrieron más a menudo y fueron felices viviendo en el desierto muy unidas.
Este blog nos acompañara en el aula para descubrir relatos de La Biblia de forma diferente.
Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. (Génesis 1,11)
No hay comentarios:
Publicar un comentario