“Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?... Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido”
(Jn. 6:9, 13).
La Biblia está colmada de referencias a la cebada, la cual se encuentra entre los granos más conocidos en la antigüedad y más nutritivos jamás cultivados. Expertos en historia bíblica dicen que la cebada no es tan valiosa como el trigo. Pero era el alimento básico de las multitudes y como tal un rasgo de estos primeros hebreos. Por consiguiente, el hecho que la cebada se mencione tan a menudo demuestra que el pueblo del período bíblico consumía grandes cantidades de este grano.
En Egipto, Palestina, y Mesopotamia, los cereales y los diferentes tipos de pan constituían el alimento básico a principios del 2º milenio a.C., junto con la leche, la mantequilla, los quesos, el agua, el vino y la cerveza.
En Egipto, Palestina, y Mesopotamia, los cereales y los diferentes tipos de pan constituían el alimento básico a principios del 2º milenio a.C., junto con la leche, la mantequilla, los quesos, el agua, el vino y la cerveza.
Por miles de años la cebada ha disfrutado de gran reputación como alimento que mejora la fortaleza. A los gladiadores romanos a menudo se les llamaba «hordearil» que significaba «comedores de cebada», porque este grano se le añadía a su dieta para aumentarles la energía antes de sus enfrentamientos.
Sencillo pero profundo mensaje, muy interesante, Gracias
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