Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. (Génesis 1,11)



19/10/10

La Granada del Templo de Jerusalén

Granada de marfil, siglo VIII aC.  

     
La arqueología bíblica -ciencia al servicio de la historia del judaísmo y del cristianismo, la filología semítica y la Sagrada Escritura- no deja de aportar datos que confirman -en una buena parte- y ponen en entredicho -en otra- los relatos de la Biblia. Uno de los últimos y más recientes descubrimientos tiene que ver con nuestra ciudad y con la separación de los poderes civiles y religiosos en los tiempos de la monarquía hebrea en donde el rey y el sumo sacerdote se repartían el poder sobre la población de Jerusalén. Se trata del hallazgo de la 'Granada del Templo'.
En los primeros años de los ochenta, como resultado de varias campañas de excavación realizadas en la parte sur de la explanada de las mezquitas -antiguo espacio sobre el que estuvo el templo de Jerusalén- un grupo de arqueólogos del 'Israel Antiquities Autority' descubrieron un objeto de marfil con forma de granada. Las primeras sospechas identificaban el hallazgo como uno de los utensilios relacionados con la liturgia del templo que se describe en los relatos bíblicos. Los estudios posteriores confirmaron que aquella granada formaba parte de los ceremoniales religiosos que tenían lugar en el escenario sagrado.

El museo de Israel (con sede en Jerusalén) adquirió el objeto por medio millón de dólares a finales de los ochenta y, desde entonces, la granada pasó a formar parte de los tesoros expuestos en el museo, uno de los museos más importantes en el mundo de la arqueología. Allí, protegida por el blindaje de una vitrina, la granada permanece expuesta en la actualidad como uno de los símbolos destacados de la antigua Jerusalén.

Mientras la granada permanece expuesta en el museo, numerosos expertos siguen investigando la importancia del objeto mencionado en muchas ocasiones en la Biblia. En los primeros años de la década de los noventa, un equipo de arqueólogos confirmó la autenticidad de la granada. La ficha técnica que figura en el museo la presenta como una granada de marfil, de cuarenta y tres milímetros de altura y veintiún milímetros de diámetro, con una inscripción rodeándola en donde se lee en hebreo antiguo: 'De la casa de Dios' (l'byt Yahweh). Los expertos situaron la granada en los orígenes de la monarquía hebrea, una época que nos traslada a los tiempos de los reyes Saúl, David y Salomón. El escenario al que alude la inscripción es el del primer templo de Jerusalén, el que ideó David y se construyó en tiempos de Salomón.

Pero, ¿por qué una granada y cuál era su simbología? Los interrogantes que se hacían los arqueólogos no se limitaban a la interpretación de la inscripción que la rodeaba. Era evidente que se trataba de un objeto del templo vinculado a la consagración del sacerdocio. La pregunta surgía al analizar un orificio situado en la parte baja de la granada. Después de analizar el diámetro y la profundidad de la hendidura, los especialistas en la liturgia hebrea confirmaron que se trataba del adorno que llevaba ensamblado el cetro de la máxima autoridad religiosa del templo, el sumo sacerdote.

Las conclusiones no se hicieron esperar. Los arqueólogos de la 'Biblical Archaeological Review' identificaron la granada como la punta de adorno del cetro de la máxima autoridad religiosa del templo de Jerusalén. Aquella granada era el símbolo de la concordia que representaba el templo. Con ella se representaba la paz, el diálogo, la fraternidad y la unidad del pueblo. De esta forma se explicaba la multitud de referencias a las granadas que aparecen en la Biblia.
El último estudio realizado sobre el hallazgo tuvo lugar en el año 2005, un nuevo equipo de arqueólogos del 'Israel Antiquities Autority', utilizando los métodos de análisis más modernos, analizaron la granada y reiteraron su autenticidad, confirmando que era de tiempos de la monarquía hebrea.
04.12.07 -
JAIME VÁZQUEZ ALLEGUE

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