Los botánicos hoy creen que el huerto de nogales de Salomón mencionado en la Escritura era un frondoso bosquecillo de nogales.
En ese tiempo las nueces eran muy apreciadas por el aceite que producían, el cual era considerado ligeramente inferior al aceite de oliva, además, como fruto eran deliciosas y sus árboles proveían una madera muy apreciada.
El siguiente versículo de Génesis demuestra que las nueces se encontraban entre los tesoros más preciados que uno podía ofrecer:
“Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirras, nueces y almendras” (Gn. 43:11).
Gracias por las enseñanzas, por ilustrar nuestros conocimientos aclarando términos y conceptos necesarios para nuestro crecimiento espiritual. Dios les bendiga.
ResponderEliminar