Aunque empiezan a aparecer en los mercados a mediados de septiembre, es entrado el otoño cuando la llamativa granada nos ofrece sus granos en toda su plenitud. Es el fruto de un árbol llamado granado, de la familia de las mirtáceas, ramoso, de unos cuatro metros de altura, corteza rojiza y hojas lanceoladas, con flores de gran tamaño, de color rojo y blanco. Precisa pocos cuidados y es muy decorativo, por lo que en ocasiones se utiliza en jardineríaEl fruto es una baya grande, coriácea y globulosa, que contiene numerosas semillas, con arillo muy gustoso de color rojo vivo violáceo. Su piel es brillante y gruesa. Es tan atrayente que el refrán dice que granada madura, tentación segura. Esa coloración tan bonita que posee, mantiene una relación con el sol muy particular, ya que expuestas a él, tienen granos blancos, mientras que las frutas situadas a la sombra poseen granos muy rojos. Esto no tiene nada que ver con su madurez.
Originario de Asia, su historia se remonta a varios siglos antes de Cristo. Fue considerada tradicionalmente como símbolo del amor y de la fecundidad. Los árabes fueron los que la introdujeron en España, citándola ya en el siglo XIII Gonzalo de Berceo en uno de sus poemas, en el que la llama milgrana (mil granos) por la abundancia de esta semilla. Luego fue llevada por los españoles a América, donde ahora ocupa grandes extensiones, sobre todo en las zonas litorales del Pacífico que van desde California a Chile.
En España, los árabes bautizaron con su nombre a esa maravilla de ciudad que es Granada. Las variedades más representantivas de nuestra producción, son las llamadas Grano de elche, Mollar de Játiva y Mollar de Valencia. Aporta 65 calorías por cada cien gramos y es rica en vitamina B y C. Contiene fibra, es muy digestiva, y por sus muchas aplicaciones curativas los musulmanes la consideraban la fruta medicina.
La calidad del producto viene dada por su aspecto externo, brillo, color, engrasamiento de la piel, regularidad en el tamaño y estado de madurez. Uno de los mayores problemas que presenta al consumirse es la extracción de los granos de su envuelta interior. La mejor forma de hacerlo es cortar una porción de unos seis centímetros de diámetro en el lado de la flor. A continuación se vuelve la granada hacia abajo y se le golpea sobre el plato, por ejemplo con el mango de un cuchillo, hasta que se hayan desprendido todos los granos. Además de su consumo en fresco, cada vez tiene más aplicaciones en la cocina en ensaladas, guarniciones de carnes y pescados, confituras, mermeladas, zumos... Según los entendidos el jarabe de granada es perfecto para la salsa de los asados.
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